martes, 20 de octubre de 2015

L'existentialisme. Contra la posmodernidad

Si no eres parte de la masa, ¿para qué se va a interesar el orden establecido en mantenerte contento? Quiero decir, ¿para qué cuidar esos átomos del mar que no van a producir tempestades? Existe una estructura (refiriéndome a la superestructura marxista) que nos doblega, nos hace sumisos, sin darse cuenta de que es la propia maquinaria de autodestrucción de un sistema que genera sus propios demonios, los ángeles el orden venidero.

No cabe en una sociedad de masas el estudio del individuo. Es imposible considerar la individualidad concreta y para nada abstracta en un pantano social que homogeneiza sus integrantes, que militariza y arma con tarjetas de crédito a consumidores que van al campo de batalla, supermercados, centros comerciales y demás vías de consumo. Y dentro de consumo está todo aquello a un lado de lo meramente material, a un lado de, digamos, la estructura marxista.

Consumir placer, tiempo, personas, sufrimiento... Y total, ¿para qué? Para enterrar la parte de alma noble de individuo que tenemos, para hundir la valentía y ensalzar la inseguridad.

1 comentario:

  1. Me decía un amigo que estudia medicina en Elche -una de las mejores de España en ese grado- que estaba muy contento con su carrera. Le entusiasmaba la idea de dedicarse a ello, quería ayudar a quien pudiera y todo su esfuerzo merecería la pena. Un día me dijo que tenían una asignatura que consistía en "fomentar el pensamiento individual". Y lo siguiente que afirmó fue "cómo cojones fomentas el pensamiento individual cuando somos 80 personas en clase". No sé exactamente por qué, pero tu post me ha recordado a esa conversación. Quizás porque si nuestro sistema educativo no es capaz de guiar ni a los futuros médicos hacia la obtención de una cierta singularidad, algo está jodido aquí. Igual el título para la entrada era "Civilización histérica". Just sayin'.

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