miércoles, 17 de agosto de 2016

En defensa de la poesía

Corren tiempos difíciles para la poesía, eso es innegable para aquellas personas que saben de ella. Hace pocos meses estuve en la presentación de un libro que publicaba una poeta que fue profesora mía durante el bachillerato, y en un momento de la presentación dijo "la poesía está de moda". Sabía perfectamente a qué se refería, así que pregunté, pretendiendo hacer reflexionar más que encontrar respuestas, qué opinaba la autora de que existiesen en las estanterías donde pone "poesía" títulos como "Follamantes" u otros ridículos juegos de palabras. Respondió que había de todo, pero no abandonó la idea de que aquello era positivo, pues, decía, atraía a lectores jóvenes a la poesía. Fue entonces cuando una bala disparada desde mi recuerdo a los 13 años leyendo a Neruda llegó a mi orgullo, y no fue nada personal, sólo una decepción más al ver como, una vez más, la posmodernidad sigue ganando terreno al arte.

Es necesario buscar las causas, no diré que la poesía está muriendo, porque tal vez suene a balada y Luis García Montero se ofenda. Diré que la poesía está siendo violada por los mercados, por la ideología a fin de cuentas. Un análisis superfluo y mediocre sería culpar al verso libre, que coge fuerza y se hace dominante al llegar las traducciones de obras extranjeras. El error sería decir que las traducciones, al perder la rima, da a luz un verso libre forzado. Decir que el verso libre nace por esto es unn insulto a este estilo, cuanto menos. El verso libre se puede ver muy temprano en América Latina, de la mano de sonetos y canciones, quiero decir, sin la desaparición de la rima. Sin embargo, el auge del verso libre se debe al empleo del ritmo en el poema, un ritmo que nace del poeta y esboza su estilo con gran fidelidad. Las traducciones al castellano, por ejemplo, no son motivo del nacimiento del verso libre, sin embargo si podría ser un motivo para comprender la violación a la poesía; alguien sin sentido artístico lee a Bukowski diciendo "puta", "bar" y "mierda" en el mismo poema y ya se toman la licencia de escribir saltos de línea que resumen el fracaso sexual de su noche anterior, cómo no, en un bar de Madrid, que no falte el postureo de la gran ciudad.

Es necesario otro enfoque, sin pretender ser elitista, así que diré que el factor del gusto entra aquí: la poesía nunca ha sido de mayorías, y ahora Twiter se inunda de fotos a páginas de libros con autores cuyo nombre dudo que sea fiel al de su DNI. Defreds, Rayden, Irene X (no sé si sería más comercial Irene Neones de discoteca, por ejemplo), Irene G punto, Marwan... Esto de los nombres es comprensible, es el reflejo posmo de la sociedad hecho papel: huyen de una identidad definida, usan máscaras, se esconden en el anonimato, escriben como niñatos de 20 años pero tienen 40... Cosas que pasan, al menos no es una guerra en Libia. Como decía, de repente todo el mundo lee poesía y escribe versos. Bueno, frases cortas y le dan a "Enter".

Hasta aquí no tendría ningún problema como amante lector de poesía, si no fuera porque voy a buscar algo de Ángel González y me encuentro la estantería llena de libros color pastel y tipografías excéntricas cargados de machismo y mediocridad. De lo primero tal vez tengan la culpa los de la quinta de Gil de Biedma y su sarta de misoginia y resentimiento, pero es solo una sospecha. Si fuera un género aparte, si mantuviese distancias con la poesía, de veras, no sería necesario alzar la voz y decir "oigan, aquello que tienen en su mesita de noche no es poesía", pero no es así. Se considera poesía. Se considera un arte que no es. ¿Por qué? Varios puntos que se deben entender en su conjunto. En primer lugar, la poesía siempre ha sido reivindicativa, con más lastres ideológicos o menos, pero siempre ha reivindicado, y ahora parece que su principal objetivo es mantener a toda costa el status quo. Segundo punto, la poesía no cuenta simplemente una historia, la poesía no es una novela a trozos (qué desperdicio de papel si no), la poesía son las venas de quien escribe abiertas al lector, y por esas venas corre una emoción que no podría ser de otra manera plasmada. En tercer lugar, la poesía no es un elemento comercial, no ha pretendido ser jamás un producto cuyo objetivo sea reventar las cifras de ganancias, por ello se esmeran tanto los artífices de esta corriente de pseudopoesía en el plano estético: cuantos más colores, cuantos más dibujos, mejor. Cuantas menos letras, mejor. Cuanto más banal y superficial, mejor, pues la poesía supone un ejercicio de desdoblamiento a la hora de digerir un poema.

Recuerdo una conferencia sobre poesía en la que uno de los interlocutores contaba que el/la poeta se parece al perfumista. Decía que un perfumista, paseando un día por el campo, encontró una flor cuyo olor le entusiasmó tanto que fue directo a su laboratorio a jugar con los químicos a recrear ese aroma, para conseguir un perfume que otras personas pudieran usar, y de esta manera llevarían el olor de la flor (o el que le inspirase) en su piel sin haber conocido en persona su aroma.

Por si aún no se entiende a qué viene esta llamada en defensa de la poesía, dejaré algunas imágenes muy representativas de lo que supone esta epidemia cultural.


Frida se retuerce en su tumba, ¿por qué su nombre para esa editorial? En fin, el autor no lo conoceréis, pero tenéis su Twitter. "Cada vez más followers, cada vez más solos."




Creo que esto es lo más representativo:


Sin embargo, Diego Ojeda parece que tiene miedo de algo:




 Esto es de un tal Rafa Pons, y sí, lo llaman poeta. Misoginia y decadencia por doquier.



Irene X, literata donde las haya.



Esta se digna a firmar, al menos. 


Pero el colmo posmo se lo lleva "Irene G punto". Una mujer que añora el desenfreno de los jóvenes de hoy día. Una pena, Irene.


6 comentarios:

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  3. Unknown soy rovisal13@gmail.com

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  4. Impresionante Guillermo, como de costumbre.

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  5. Me ha gustdo la reflexión, Guille, y estoy en gran medida de acuerdo contigo, pero te comento lo que me chirría un poco más:
    No estoy de acuerdo cuando hablas de que las traducciones son una "violación a la poesía". Imagina unos versos de Shakespeare, que escribía rimando, traducidos al castellano. ¿No piensas que lo que verdaderamente "altera" lo que quería transmitir él en un principio es ser menos preciso a cambio de mantener la rima y quitarle significado? Especialmente porque las traducciones, además de ser una interpretación -el que traduce también escribe- son una adaptación, como quien traduce del español antiguo al moderno. Si se mantuviera, por ejemplo, una broma que era divertida en el siglo XV porque hacía referencia a personajes públicos de la época,ahora olvidados, perdería su significado original al no captar el lector lo que el autor quería expresar. En ese caso, el traductor modifica el texto para que siga siendo comprensible, "creando" una nueva broma, que (alterando la forma) mantiene la esencia. En cualquier caso, su trabajo es hacer la literatura más accesible y pienso que es algo positivo. Creo que la rima es un recurso formal y, como tal, prescindible para el siglo XXI, y que, como tú dices, el ritmo es mucho más importante.
    En cualquier caso, gran artículo, sabía que acabarías hablando de esto. Ojalá la poesía no tienda a desaparecer.
    Un abrazo.

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    1. Creo que me he explicado mal. Te copio y pego un fragmento:

      "Un análisis superfluo y mediocre sería culpar al verso libre, que coge fuerza y se hace dominante al llegar las traducciones de obras extranjeras. El error sería decir que las traducciones, al perder la rima, da a luz un verso libre forzado. Decir que el verso libre nace por esto es un insulto a este estilo, cuanto menos."

      No he dicho que sea una "violación a la poseía" que se traduzca al castellano versos de Shakespeare, por ejemplo, faltaría más. He dicho que podría servirnos para explicar esta caída sin frenos de la poesía. Permíteme copiar y pegar otro fragmento:

      "Las traducciones al castellano, por ejemplo, no son motivo del nacimiento del verso libre, sin embargo si podría ser un motivo para comprender la violación a la poesía; alguien sin sentido artístico lee a Bukowski diciendo "puta", "bar" y "mierda" en el mismo poema y ya se toman la licencia de escribir saltos de línea que resumen el fracaso sexual de su noche anterior, cómo no, en un bar de Madrid, que no falte el postureo de la gran ciudad."

      Sirve para entender el momento que vive hoy la poesía, para nada es culpable, innecesaria y dañina una traducción.

      ¡Espero haberme explicado bien, Pablo!

      Un saludo.

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