martes, 23 de julio de 2019

Yo, que no sé bailar

Si estuviera sano, probablemente querría verte bailar. Probablemente, de hecho, te habría visto bailar ya innumerables veces. Sonreirías mientras tanto —lo puedo imaginar—, y yo también sonreiría, no solo por verte bailar y verte sonreír, sino que yo también estaría sonriendo de propia felicidad. Y también bailando. Incluso me habría atrevido demasiado pronto a insinuarme con descaro. ¿Quién sabe si me habrías seguido el juego? Te habría sugerido ir a cenar, al cine, a un concierto, antes —quizás— a merendar o tomar algo sin que ocupe mucho tiempo... Te habría dejado las cosas bastante claras, sin tener la actitud huidiza propia de tan grandes inseguridades que me hacen hoy quién soy. Tendrías todas mis cartas —o eso te haría creer— sobre tu mesa, y si las hubieras rechazado, en mí no reinaría un dolor tan profundo como el que tengo ahora establecido de base. Sería capaz de ofrecerte toda una vida, pondría en duda que aquélla que tienes hoy pudiera ser mejor que una conmigo. Seguramente confiaría en mi capacidad de hacerte feliz, de ser tu refugio y tu compañero de viaje. Aun así, también tendría más oportunidades con otras mujeres, y entonces no sabría si te elegiría a ti también. Sería todo más frívolo, pero eso es cualidad de toda vida en movimiento, aunque suene redundante hablar de vida y cambio. Sería todo muy distinto. Llevo años en los que vivo amurallado entre libros y canciones que hablan de cosas que no tengo.

Estoy divagando demasiado, lo siento. Todo esto es porque una canción, estúpida cuanto menos, lleva repitiéndose en mi cabeza toda la tarde. Decía "you have never danced like this before". Solo puedo compartir el tono melancólico del chico que canta con un pelo extraño. No veo a la gente bailar porque no bailo. Puede que sea síntoma, o tan solo que mi forma de ser —curiosísima expresión, forma de ser como sinónimo de algo inamovible— es incompatible con la inmensa mayoría de manifestaciones sociales de alegría, ocio y diversión. ¿Puede acaso amar alguien que se siente completamente extraño cuando se trata de bailar? ¿Puede amar alguien que siente un escalofrío devastador al ver la sonrisa bárbara que brota al bailar? Rotundamente no. Pude sentir, si acaso, el anhelo de amar, y puede más adelante entender la incapacidad emocional que se deriva de ello. Para amar se requiere una completa capacidad y disposición a dar, a volcar el Yo en el Otro. Si el Yo no tiene nada en absoluto, o todo en Él es ceniza y polvo, escombros de otra cosa, resulta que nada puede dar, y por tanto a nadie puede amar de verdad. Todo en mí es anhelo. Vuelvo a sentir miedo. La canción también decía, creo recordar, shouldn't talk about this. Fingiré, como siempre hago, que estoy sereno, que soy calma, paz. Seguiré inspirando confianza a quienes amo, o creo amar. No obstante, inventaré cada vez excusas más creíbles para no bailar.

1 comentario:

  1. La vida duele, pero podemos intentar bailar con ella
    https://www.youtube.com/watch?v=8KwbLMJeTTc

    ResponderEliminar