Si no eres parte de la masa, ¿para qué se va a interesar el orden establecido en mantenerte contento? Quiero decir, ¿para qué cuidar esos átomos del mar que no van a producir tempestades? Existe una estructura (refiriéndome a la superestructura marxista) que nos doblega, nos hace sumisos, sin darse cuenta de que es la propia maquinaria de autodestrucción de un sistema que genera sus propios demonios, los ángeles el orden venidero.
No cabe en una sociedad de masas el estudio del individuo. Es imposible considerar la individualidad concreta y para nada abstracta en un pantano social que homogeneiza sus integrantes, que militariza y arma con tarjetas de crédito a consumidores que van al campo de batalla, supermercados, centros comerciales y demás vías de consumo. Y dentro de consumo está todo aquello a un lado de lo meramente material, a un lado de, digamos, la estructura marxista.
Consumir placer, tiempo, personas, sufrimiento... Y total, ¿para qué? Para enterrar la parte de alma noble de individuo que tenemos, para hundir la valentía y ensalzar la inseguridad.
martes, 20 de octubre de 2015
jueves, 17 de septiembre de 2015
Carta al mundo (versión orden contemporáneo)
Me rindo, lo admito. Quiero rendirme, quiero pintar de blanco el trapo del color que quiera que me represente y sacarlo por todos lados, sin ánimo, orgullo ni fuerzas. Tal y como todos los que sonríen hoy aquí. Trapos que ríen porque se han secado así. Y así es del modo del que los quieres. Sin pasión, sin vida, sin ira... Me rindo, has ganado. Estoy intentando decolorar mi bandera hacia la mediocridad, hacia el ser por ser, estar por estar, a olvidarme de los "para"...
Aunque te advierto... Nunca me sale tirar la toalla, así que sigue esperando mis vientos. Puedes esperar a que se me acabe el corazón, que aún tengo mucho que gritarte, a ti y a tu absurdo orden de neones grises y sonrisas de trapo.
Aunque te advierto... Nunca me sale tirar la toalla, así que sigue esperando mis vientos. Puedes esperar a que se me acabe el corazón, que aún tengo mucho que gritarte, a ti y a tu absurdo orden de neones grises y sonrisas de trapo.
martes, 25 de agosto de 2015
Ardan, aún felices
Para estar más orgulloso de mí mismo, sólo me queda alcanzar pocos estadios vitales que hoy nos son complicados alcanzar, por condiciones externas al individuo (como siempre). Éste prevalece, el mundo lo asfixia por el hecho de ser ambos al mismo tiempo y no poder ser de otra manera. Como decía, no podría alcanzar mayor reconocimiento de mí mismo a día de hoy, si no fuese porque no tengo independencia material existencial, y porque vivo acompañado.
Sigo intentando rescatar esos vértices de humanidad que pueda quedarme allá donde se fundó la psique de un servidor, lo admito, así como que mi existencia no estriba aún en nada sólido. Tengo todos los ídolos asfixiados, no admiro banderas y nada está lo suficientemente limpio como para que tome parte en mí. Esto puede hacer más daño que cualquier arma de metal, pero son las vías más artísticas (y legales) de sólo esbozar mi descontento.
P.D: Pudríos en mi verdad.
Sigo intentando rescatar esos vértices de humanidad que pueda quedarme allá donde se fundó la psique de un servidor, lo admito, así como que mi existencia no estriba aún en nada sólido. Tengo todos los ídolos asfixiados, no admiro banderas y nada está lo suficientemente limpio como para que tome parte en mí. Esto puede hacer más daño que cualquier arma de metal, pero son las vías más artísticas (y legales) de sólo esbozar mi descontento.
P.D: Pudríos en mi verdad.
lunes, 24 de agosto de 2015
Babas
Resulta que el tiempo es imparable y asfixia todo aquello que precedió al presente, incluso cuando lo creemos inmortal. Estoy en mi habitación con la música que acompañó los años en los que crecía, pasando a formato digital unas cintas de vídeo familiares. Justo ahora, abajo a la derecha, pone en blanco "22-2-1998". Tendría yo unos seis meses. Veo a mi hermana jugar conmigo, mi madre acariciarme, veo a mi hermano besando mi coronilla, e intuyo a mi padre detrás del aparato que grababa el momento. Era esa época en la que daba igual si se nos caía la baba, si llorábamos o reíamos, porque eran cosas que pasaban, sin más importancia.
Veo mucha historia, y me veo a mí. Mirando con recelo un cachivache diseñado para entretener a criaturas como las que fuimos todos y al rato, reírme de él. Contemplando una realidad que, con el aderezo de la curiosidad que tan a flor te piel hemos tenido, no me daba demasiados dolores de cabeza, no pretendía entenderla. Luego aprendemos del entorno a hablar, y repetimos hasta la saciedad (que pocas veces llega) "por qué" ante todo lo que nos hacía abrir más y más los ojos. Querría saber el momento en el que nos damos cuenta de que podemos elegir con qué cristal ver el mundo, con qué respuesta nos quedamos, con qué "porque..." construimos nuestra teoría de la realidad. Tal vez vino unos años después, cuando calan unos valores respirados en casa. Anoche pasé otro vídeo, de mi tercer cumpleaños. En éste, había una piñata, cogí alguna chuchería que cayó al romper el saco, y se la dí a mi tío, que estaba más cerca.
Siento verdadera curiosidad por saber cómo se modela la concepción del bien y el mal, de cómo actuamos y quién es nuestro espejo moral sobre el mundo. Quisiera entender todo eso, pero se nos empieza a caer la baba a todos cuando vemos que el mundo gira, cada cultura es un montón de archipiélagos muy aislados unos de otros, cada persona una isla diminuta, que emerge insignificante en un mar de dudas y aguas turbias. Tal vez ese mar que nos rodea esté hecho de babas...
Veo mucha historia, y me veo a mí. Mirando con recelo un cachivache diseñado para entretener a criaturas como las que fuimos todos y al rato, reírme de él. Contemplando una realidad que, con el aderezo de la curiosidad que tan a flor te piel hemos tenido, no me daba demasiados dolores de cabeza, no pretendía entenderla. Luego aprendemos del entorno a hablar, y repetimos hasta la saciedad (que pocas veces llega) "por qué" ante todo lo que nos hacía abrir más y más los ojos. Querría saber el momento en el que nos damos cuenta de que podemos elegir con qué cristal ver el mundo, con qué respuesta nos quedamos, con qué "porque..." construimos nuestra teoría de la realidad. Tal vez vino unos años después, cuando calan unos valores respirados en casa. Anoche pasé otro vídeo, de mi tercer cumpleaños. En éste, había una piñata, cogí alguna chuchería que cayó al romper el saco, y se la dí a mi tío, que estaba más cerca.
Siento verdadera curiosidad por saber cómo se modela la concepción del bien y el mal, de cómo actuamos y quién es nuestro espejo moral sobre el mundo. Quisiera entender todo eso, pero se nos empieza a caer la baba a todos cuando vemos que el mundo gira, cada cultura es un montón de archipiélagos muy aislados unos de otros, cada persona una isla diminuta, que emerge insignificante en un mar de dudas y aguas turbias. Tal vez ese mar que nos rodea esté hecho de babas...
miércoles, 12 de agosto de 2015
El ataque del sabio
Y si me cuesta respirar y no persigo ningún minuto
porque no conocen el corazón del mundo
Preguntan a dónde ha ido el hombre
qué fue de sus mejores horas
aunque el tiempo no es de nadie
Preguntan si la gente sabe esperar
dudan si saben amar, respetar y cuidar
sus propias vidas
El cielo hace tiempo que llora sin querer
moja esas noches que ya son húmedas
y siempre fueron frías como el sentir
La parte de mentira que vive en la realidad
es creer que sois libres
cuando dejáis el control a la voluntad
Y claro que me cuesta respirar
y claro que escribo a kilómetros de la civilización
y claro que me quema el curso de la vida
El "tic-tac" de fondo ya no es tan macabro
ahora he entendido que es el mundo
ese insensible
el que consume la vitalidad del artista
Que uno no se ahoga sin mar tan profundo
como para apagar la chispa de la sonrisa
y encender el odio al entorno detractor
Odio que nunca da vida
ni construye ni progresa
odio que refleja la verdad
Odio que es como algunos amores:
Pide a gritos ser ceniza
mientras susurra que es real
viernes, 5 de junio de 2015
Silogismos, poesía y beligerancia interna
Focos... Abrimos el telón, silencio... |
creer que soy frágil
inventar en mí la desnudez
soltar injurias contra mi coraje
hacer de la debilidad
una línea retórica más que me defina
Esas veces son las historias
de aquellas horas grises que no pasan...
...te pisan.
Esas veces en las que
a pesar de todo
soy consciente del teatro
del actor
del público
Pero qué feo cuando todo eso ocurre
fuera del escenario
miércoles, 15 de abril de 2015
Sin anestesia
Sé que no paro de fantasear y pedirle al cielo de los deseos que amaine la tormenta. Dentro del caos, en el ojo del huracán muy de vez en cuando y en una paz aparente, puedo respirar. Está todo devastado. Todo. No queda absolutamente nada en pie, nada nuestro en pie. Los árboles y las montañas se han mantenido, pero eso no es nuestro. Se han inundado las casas que han quedado fijas al suelo, y las que no, se las ha tragado el viento y el agua. Los postes de la luz están tan tirados como las fuerzas. Hay cadáveres... Allá por donde pisas, hay cadáveres. Algunos son de nuestra especie. También hay vacas, caballos, cerdos... Los cultivos más anegados que aquellas venas en alcohol, que aquel cerebro en formol de la universidad de las utopías.
Y todavía pude ser todo este caos
un respiro en el ojo del huracán...
Sé que no paro de fantasear. Con que pase la tormenta, con que esto es real...
Pero tengo la extraña sensación
de que esta tierra húmeda
esta aldea devastada
que ni es metrópolis...
cuando pase la tormenta
será el páramo más oscuro
que nunca jamás habría escrito
Y todavía pude ser todo este caos
un respiro en el ojo del huracán...
Sé que no paro de fantasear. Con que pase la tormenta, con que esto es real...
Pero tengo la extraña sensación
de que esta tierra húmeda
esta aldea devastada
que ni es metrópolis...
cuando pase la tormenta
será el páramo más oscuro
que nunca jamás habría escrito
domingo, 1 de marzo de 2015
Fe
Hoy recordé algo que me dijo mi profesora de filosofía el año pasado, intentando desmontar sistemas artificiales que sostengan la creencia en cosas no demostrables de ninguna manera. Artefactos que, siendo puramente imaginarios, sirviesen para esclarecer esa "fe" que tan entre las nubes está.
No recuerdo lo último que dije, porque me dejó callado en el mejor de los sentidos, admirando, por una vez, un reconocimiento de cierta inferioridad en eso de la búsqueda de la verdad. El caso es que, desmontando la fe, como decía, me interrumpió diciendo: "Pero es que vivimos constantemente haciendo actos de fe..." Y qué genial interrupción...
Es una genialidad comprender esa afirmación, pero también es un peligro, casi igual que mirar al cielo y fijarse en una estrella. Puede estallar todo, pero aun así, ya la has visto. Y lo mismo con esto que hoy me traje entre manos.
Estamos constantemente haciendo sin querer actos de fe. ¡Y dad gracias que es sin querer! Dudar de todo es como inmolarse y seguir respirando. Dudamos hasta de la historia... Hasta de los muros de esa fortaleza que vigila por las noches esta ciudad amiga, de la fecha de caducidad de aquel yogur y si por dudar es, dudamos de la ciencia misma, que no cuesta nada demostrar que no es exacta.
Dudar es de mentes pensantes y aun así es tan bello creer que esto es cierto... Podemos ser sólo luz, energía o cerebros en cubos de cristal con cables que nos mandan impulsos eléctricos para ver, sufrir, querer y desear tocar... Lo bonito de los sueños agradables, a pesar de que acaban, es que no nos cuestionamos su realidad, así que cerraré esto con una pregunta que me hicieron en un ambiente poco bohemio a pesar de los etiles y la soledad:
No recuerdo lo último que dije, porque me dejó callado en el mejor de los sentidos, admirando, por una vez, un reconocimiento de cierta inferioridad en eso de la búsqueda de la verdad. El caso es que, desmontando la fe, como decía, me interrumpió diciendo: "Pero es que vivimos constantemente haciendo actos de fe..." Y qué genial interrupción...
Es una genialidad comprender esa afirmación, pero también es un peligro, casi igual que mirar al cielo y fijarse en una estrella. Puede estallar todo, pero aun así, ya la has visto. Y lo mismo con esto que hoy me traje entre manos.
Estamos constantemente haciendo sin querer actos de fe. ¡Y dad gracias que es sin querer! Dudar de todo es como inmolarse y seguir respirando. Dudamos hasta de la historia... Hasta de los muros de esa fortaleza que vigila por las noches esta ciudad amiga, de la fecha de caducidad de aquel yogur y si por dudar es, dudamos de la ciencia misma, que no cuesta nada demostrar que no es exacta.
Dudar es de mentes pensantes y aun así es tan bello creer que esto es cierto... Podemos ser sólo luz, energía o cerebros en cubos de cristal con cables que nos mandan impulsos eléctricos para ver, sufrir, querer y desear tocar... Lo bonito de los sueños agradables, a pesar de que acaban, es que no nos cuestionamos su realidad, así que cerraré esto con una pregunta que me hicieron en un ambiente poco bohemio a pesar de los etiles y la soledad:
¿Y si la vida es un sueño del que despertamos al morir?
viernes, 6 de febrero de 2015
Estrella
"Me muero... Estoy muriendo..."
Susurraba sin rima el poeta en una acera frente al bar de los sábados de antes.
Susurraba, y en agonía, le dolían los suspiros y cada latido de su corazón.
"Estoy cansado... y está oscuro"
La luna se escondió aquella noche entre las nubes, hacía ya dos años que no veía a su estrella.
Dos años hacía desde que no amanece y prende algo dentro de su mundo.
"Y los días... Me duelen los días"
Pensaba hasta en sonreír algún día, y eso que sabía que no le quedaba más alcohol.
Pensó que el sol mismo era su enemigo, porque solo podía verla en noches como aquellas.
"Seguimos sin tomar el parlamento..."
Sus ganas de vivir fueron rechazadas por minoría absoluta, o vetadas por el alma que nunca supo encontrar.
Sus luchas se quedaron en ideas sin manifestar, en fracasos, en derrotas como un lunes cualquiera.
"Esta noche... Esta noche no duro"
Recordaba la parada de aquel autobús al que soñaba subirse, da igual con quién, incluso para qué dejaba tanto atrás.
Recordó que soñaba con el autobús, porque el tren a Madrid le dejaba con menos para cerveza.
"Creo que esta no era la salida"
No supo realmente qué fue de su último aliento, ni siquiera qué sucedió después y en qué cama despertó.
No sabía quién era la chica de al lado, pero sí que no era ella y pese a la luz...
"...tú no eres mi estrella!"
Susurraba sin rima el poeta en una acera frente al bar de los sábados de antes.
Susurraba, y en agonía, le dolían los suspiros y cada latido de su corazón.
"Estoy cansado... y está oscuro"
La luna se escondió aquella noche entre las nubes, hacía ya dos años que no veía a su estrella.
Dos años hacía desde que no amanece y prende algo dentro de su mundo.
"Y los días... Me duelen los días"
Pensaba hasta en sonreír algún día, y eso que sabía que no le quedaba más alcohol.
Pensó que el sol mismo era su enemigo, porque solo podía verla en noches como aquellas.
"Seguimos sin tomar el parlamento..."
Sus ganas de vivir fueron rechazadas por minoría absoluta, o vetadas por el alma que nunca supo encontrar.
Sus luchas se quedaron en ideas sin manifestar, en fracasos, en derrotas como un lunes cualquiera.
"Esta noche... Esta noche no duro"
Recordaba la parada de aquel autobús al que soñaba subirse, da igual con quién, incluso para qué dejaba tanto atrás.
Recordó que soñaba con el autobús, porque el tren a Madrid le dejaba con menos para cerveza.
"Creo que esta no era la salida"
No supo realmente qué fue de su último aliento, ni siquiera qué sucedió después y en qué cama despertó.
No sabía quién era la chica de al lado, pero sí que no era ella y pese a la luz...
"...tú no eres mi estrella!"
domingo, 1 de febrero de 2015
Los poetas, los invisibles
Las musas escriben sexo, el verso, en cielos donde pocos vuelan, cuesta respirar, asfixia, asfixian, besos, miradas y otros puñales afilados que surcan los firmamentos, cada cual a su alcance, al de sus ojos, al de sus textos, a dónde sus musas alcanzan escribir, recitan su poesía, narran sus vidas, interpretan sus roles, desgracias y amores. A veces, en soledad, lo traducen al papel, y el que entienda la lengua de ellas, podrá llamarse poeta.
viernes, 23 de enero de 2015
No parece ningún juego
Diría que desde que tengo uso de razón he jugado a vídeo juegos, más o menos dinámicos o entretenidos, pero los he jugado. Resulta muy curioso que la mayoría, o los que más que entretenían eran en situaciones de "mundo abierto" en los que yo podía o hacer tal misión, o divertirme frenéticamente no pocas horas. Y la verdad, lo hacía. Cuando éramos niños íbamos de aquí para allá corriendo, siempre con ganas de llegar a otro lugar dónde hacer... otra misión.
Luego crecemos y la vida no nos parece tanto un juego. Nos encanta cualquier pausa, algún momento que, pese a saber de antemano que es efímero y que precede de nuevo a la rutina, es una pizca de descanso. Pausas... Yo sólo quiero pausas y no darle, de momento, a "continuar". ¿Por qué narices íbamos corriendo hasta la próxima meta? ¿De dónde sacaba yo las fuerzas para poder desbloquear esos objetivos? No hay intensidad, no encuentro ritmo ni espacio para un baile de evasión.
¿Estaría orgulloso mi yo que jugaba despreocupado cualquier nivel? O mejor dicho, ¿sería capaz de completar este?
Luego crecemos y la vida no nos parece tanto un juego. Nos encanta cualquier pausa, algún momento que, pese a saber de antemano que es efímero y que precede de nuevo a la rutina, es una pizca de descanso. Pausas... Yo sólo quiero pausas y no darle, de momento, a "continuar". ¿Por qué narices íbamos corriendo hasta la próxima meta? ¿De dónde sacaba yo las fuerzas para poder desbloquear esos objetivos? No hay intensidad, no encuentro ritmo ni espacio para un baile de evasión.
¿Estaría orgulloso mi yo que jugaba despreocupado cualquier nivel? O mejor dicho, ¿sería capaz de completar este?
lunes, 19 de enero de 2015
Qué feo es el mundo sin Dios
Qué feo es el mundo sin Dios. Abandonados por Él, bastardos... Sus hijos no deseados. Tocamos salir así, pues estas cosas tocan, como tocan a ciencia los ojos verdes. Qué vacío es el mundo sin alma, sabiendo la sólo química que somos... Qué frío resulta todo sin amor, a sabiendas de que no existe ligado a la verdad, ligado a la salud mental... Tanto que lo feo es verdadero, que lo triste y vacío puede estar en lo cierto. Por desgracia, condenados los que lo sepamos. Tan alejado del término humano, ni el alma se reconoce ante Dios. Qué triste resulta despertar conociendo el final, y que da igual lo que hagas de por medio. Da igual qué persigas... Qué persiga, o qué persigamos... Los cuerdos somos pocos... Por fortuna para los locos. Qué triste se muestra el mundo con verdad, porque sin cielo, ¿qué nos queda asaltar?
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