No cabe en una sociedad de masas el estudio del individuo. Es imposible considerar la individualidad concreta y para nada abstracta en un pantano social que homogeneiza sus integrantes, que militariza y arma con tarjetas de crédito a consumidores que van al campo de batalla, supermercados, centros comerciales y demás vías de consumo. Y dentro de consumo está todo aquello a un lado de lo meramente material, a un lado de, digamos, la estructura marxista.
Consumir placer, tiempo, personas, sufrimiento... Y total, ¿para qué? Para enterrar la parte de alma noble de individuo que tenemos, para hundir la valentía y ensalzar la inseguridad.
Me decía un amigo que estudia medicina en Elche -una de las mejores de España en ese grado- que estaba muy contento con su carrera. Le entusiasmaba la idea de dedicarse a ello, quería ayudar a quien pudiera y todo su esfuerzo merecería la pena. Un día me dijo que tenían una asignatura que consistía en "fomentar el pensamiento individual". Y lo siguiente que afirmó fue "cómo cojones fomentas el pensamiento individual cuando somos 80 personas en clase". No sé exactamente por qué, pero tu post me ha recordado a esa conversación. Quizás porque si nuestro sistema educativo no es capaz de guiar ni a los futuros médicos hacia la obtención de una cierta singularidad, algo está jodido aquí. Igual el título para la entrada era "Civilización histérica". Just sayin'.
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