martes, 25 de agosto de 2015

Ardan, aún felices

Para estar más orgulloso de mí mismo, sólo me queda alcanzar pocos estadios vitales que hoy nos son complicados alcanzar, por condiciones externas al individuo (como siempre). Éste prevalece, el mundo lo asfixia por el hecho de ser ambos al mismo tiempo y no poder ser de otra manera. Como decía, no podría alcanzar mayor reconocimiento de mí mismo a día de hoy, si no fuese porque no tengo independencia material existencial, y porque vivo acompañado.

Sigo intentando rescatar esos vértices de humanidad que pueda quedarme allá donde se fundó la psique de un servidor, lo admito, así como que mi existencia no estriba aún en nada sólido. Tengo todos los ídolos asfixiados, no admiro banderas y nada está lo suficientemente limpio como para que tome parte en mí. Esto puede hacer más daño que cualquier arma de metal, pero son las vías más artísticas (y legales) de sólo esbozar mi descontento.



P.D: Pudríos en mi verdad.

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