Y aquí quería yo llegar. El problema de que los laboratorios sean empresas privadas, a demás de la explotación laboral, es que busca hacer dinero y nada más que eso. Engordar su capital, sin cuestionar siquiera que están tratando con la esperanza de vida de millones de personas. Y como decía al comienzo, os cuento la noticia que vi. Un señor con hepatitis C, residente en España, no puede acceder a la cura del virus por cuestiones económicas. Y hablo de la cura, no es ningún tratamiento que adormece los síntomas, o da un poco de esperanza, no. Hablamos de un medicamento que CURA al enfermo... Pero ese señor seguirá enfermo, pues la seguridad social de nuestro país no cubre ese tratamiento, y cuesta 80.000 euros. ¿Sabéis lo más curioso de todo esto? En Egipto, militarmente ocupada por EEUU y por imposición, el sistema político y social del imperialista, ¡ese mismo tratamiento cuesta 900 dólares! ¿A que no adivináis de dónde es el laboratorio? Efectivamente, abandera las barras y las estrellas.
Es triste que se juegue literalmente con la vida de las personas al no darles una clara salida, porque la excusa de que cobren 80.000 euros para amortizar la investigación, es mentira. Eso es lucha de clases, por mucho que odie el discurso marxista, y lo peor, es que está seguida de la lucha entre pueblos. Me recuerda a aquello que me contó mi abuelo... Cuando Franco cogió las riendas de una traicionada y machacada España, iba repartiendo pan por los barrios castigados, solo para limpiar su imagen, al mismo tiempo que fusilaba a los demócratas contrarios a él. Poner precios así a medicamentos tan necesitados es un retroceso humano, un asesinato a quien haya nacido en África, con el ébola, o en España, con hepatitis C. Sólo espero haber conseguido concienciaros poniendo dos ejemplos que pueden parecer dispares, cuando realmente es lo mismo, solo que uno nos toca en nuestra tierra, y al otro nos tienen acostumbrado de que es así.
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