sábado, 24 de febrero de 2018
El mundo en que vivimos
Casi se quema un bosque entero el pasado verano. Unos niños arrancan de cuajo una pata de un gato y lo dejan en la calle. No hay día en que no salga en la tele una nueva violación o un nuevo asesinato a manos de ellos, y no hay día que no vea el miedo en sus ojos al salir a la calle. Tenemos gobernantes que no nos sirven y que volveremos a votar. Media población dice amar a los animales mientras se los come. Seguimos sin saber nada de los muertos diariamente por las bombas en oriente, pero la ONU dialoga en sillas cómodas. El cielo sigue llenándose de metano y las selvas de cicatrices yermas. Hay un sistema que ha costado millones para transportar petróleo a lo largo de África, pero siguen muriendo de sed la gente a su alrededor. Una vez más, un estudiante ha asesinado a sus compañeros en Estados Unidos. Otro caso de abuso policial ha sido archivado. La tele insiste: los palestinos mueren; los israelíes son asesinados. Los buenos bajan la cabeza mientras los malos ríen ejerciendo esa libertad única. Cuarenta cadáveres han sido hallados flotando en las costas del Mediterráneo. Un padre de familia se suicida tras estar 6 años en el paro. El vídeo de la violación de "la manada" es el más buscado en páginas porno. Los laboratorios Bayer anuncian que no comercializarán sus medicamentos con India porque no hacemos medicamentos para pobres. 150 especies animales y vegetales se extinguen al día por el calentamiento global. Una anciana muere en un incendio en su casa; solo podía alumbrarse con una vela por no poder pagar la luz. Una madre soltera se prostituye para dar de comer a su hija.
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